La Organización Mundial de la Salud los incluyó en la lista de las mayores amenazas a la salud pública de la humanidad. Sí, al ébola, al VIH y al dengue, se sumaron las personas que no vacunan a sus hijos.

Tengo que confesar que no fue un informe fácil de realizar. En un primer momento, el debate fue darle o no lugar a la gente que está en contra de las vacunas. Por un lado, se sabe que atentan contra la salud pública y uno les está dando lugar. Por el otro, es un tema que sucede y que preocupa cada vez más. Por ejemplo, la OMS incluyó a los antivacunas como amenaza para este año. Al mismo tiempo, Facebook e Instagram anunciaron que van a controlar y a dejar de promover a estos grupos.

En un primer momento, noté mucha resistencia por parte de esta gente. Me bloqueaban en las redes sociales cuando les preguntaba si querían participar. Después de indagar bastante, me topé con dos personas que me contaron sus motivos. Tuvo que ser de forma anónima. «Puedo terminar presa, nos persiguen», confesó una de ellas. En nuestro país, la vacunación es obligatoria, gratuita y de interés nacional, según la nueva ley recientemente aprobada.

¿Cuáles son los motivos? Hay de todo tipo. Desde teorías conspirativas del nuevo orden mundial hasta que las vacunas provocan autismo. Algo que comenzó a circular luego de un estudio publicado en The Lancet en 1998. Esta prestigiosa revista luego se retractó y expulsó al investigador porque se probó el fraude.

Los científicos coinciden en que las vacunas, las cloacas y el agua potable son las formas más eficaces y eficientes de prevenir enfermedades. Si hacemos un poco de historia, la primera vacuna fue la que prevenía la viruela, hace más de 200 años. Hoy, la enfermedad parece estar erradicada, hace décadas que no se registran casos en el mundo. Los padres deciden sobre la salud de sus hijos sin su consentimiento, no los vacunan porque consideran que es lo mejor para ellos, pero lo hacen con información errónea que circula por redes sociales o sitios alternativos. La no vacunación atenta contra el concepto de inmunidad colectiva. Esto, básicamente, quiere decir que los vacunados protegen a los que no lo están, cuanto mayor es la cobertura, mayor es la protección. Al final de cuentas podríamos decir que se trata de un escepticismo informativo que en este caso tiene consecuencias graves en la salud. Es interesante preguntarnos en qué momento dejamos de creer en las instituciones para informarnos a través de las redes sociales o páginas «alternativas». Las famosas fake news o noticias falsas están en todos los ámbitos sociales.

  • https://tn.com.ar/salud/pediatria/desinformacion-que-mata-la-moda-de-los-antivacunas-un-peligro-que-se-volvio-viral_948378

2019-03-21T18:57:55+00:00